viernes, 22 de mayo de 2015

Te regalo mi VOTO


Sí. Te regalo mi voto a cambio de que me convenzas de que vas a trabajar por nosotros, "los de a pie". Por los que día a día tenemos que salir a la calle a buscarnos el jornal para mantener a nuestras familias.

A cambio de que acabes con toda esa panda de ladrones que llegaron al poder por el mismo camino que tú lo intentas ahora, engañándonos a todos con falsas promesas de prosperidad, que usaron para llenar sus bolsillos de dinero y su nariz de farlopa, riéndose de nosotros cuando al salir del puticlub veían cómo madrugábamos para llevar algo de dinero a casa pensando “qué pringaos”.

Te regalo mi voto si me convences de que vas a ser austero en tu mandato. Que vas a acabar con tanta chorrada inútil y ostentación. Con todos esos privilegios que tienes por el hecho de ser un hombre público. De que vas a cobrar sólo un sueldo y que no me vas a engañar con tus dietas de transporte, manutención y gastos de representación.

Te votaré si eres capaz de llorar también cuando veas llorar a un viejo, o a un niño, o a un padre o madre de familia que limpia sus lágrimas a escondidas por la noche antes de volver a casa sin haber conseguido trabajo otro día más y ya no sabe qué hacer para calmar el hambre o el frío de sus hijos al haberse quedado en la puta calle hace tiempo. 

Te regalaré mi voto si eres capaz de sufrir con él en vez de mirar para otro lado. De abrazarlo y buscar con él una solución. Si mientras la encuentras, te lo llevas a tu casa a  compartir lo que tú tengas con él y los suyos.

Te doy mi voto si proteges a todos por igual, aunque no sean de tu partido, raza, religión o pensamiento, siempre que actúen de buena fe.

Porque no has entendido que con tus actos, gestionas la felicidad o la desgracia de las personas que tienes ahí abajo, al otro lado del muro de ese castillo en el que te refugias como un señor feudal, una vez que recuentas tus papeletas de las urnas y te olvidas de nosotros hasta la siguiente campaña electoral.

Te regalo mi insignificante voto y me da igual si eres de derechas o de izquierdas, verde o morado, con coleta o peluquín; si eres un encorbatado o un perroflauta. Sólo te pido que me escuches cuando te hable ¡SI. ESTOY HABLANDO CONTIGO!. Y entiendas de una puñetera  vez que aquí, la gente normal ya no vemos esas diferencias ni colores y estamos ya muy hartos de que estés permanentemente mirando  al ayer como excusa para justificar tu mediocre hoy, sin darnos una sola esperanza para el mañana.

De que revuelvas en la mierda y perturbes la paz de todos los muertos de todos los bandos de todas las guerras del mundo, que nunca debiste permitir tú  o tus antecesores. Me da igual.

Te votaré a ti si me dejas ser libre. Si puedo expresar lo que sienta en cada momento sin temor a ser reprimido. Si vas a trabajar para  que mis hijos crezcan en un sistema de libertades y de obligaciones de ciudadano también, con un sistema educativo competente y apolítico basado en los valores humanos y la solidaridad.
Si cuando tengan una enfermedad, la que sea y aunque sea muy rara, tú vas a proporcionarle todos los cuidados que se merecen tras haber pagado toda mi vida mi parte al estado para ello.

Te daré gratis mi voto si proteges nuestra diversidad cultural sin gilipolleces y apoyas el arte y nuestras costumbres. Si nos ayudas a emprender negocios honestos que hoy mueren antes de nacer por todos los impuestos y trabas que son imposibles de vencer para poder dar un solo paso adelante. Si repartes el pastel de los impuestos haciendo que los ricos sean un poco menos ricos y los pobres mucho menos pobres.

Te regalo mi voto si tienes lo que hay que tener para que las grandes compañías que eran antes de todos y ahora no, no ganen tanto dinero con su posición oligopólica dictándonos sus precios sin explicación, cuando a la vez hay familias en la calle viviendo de la beneficencia.

Te regalo mi voto si les obligas a compartir  esas ganancias con los más necesitados. Si me prometes y cumples además, que vas a autoprohibirte  trabajar con ellos o en empresas similares tú y los tuyos cuando dejes tu cargo, en vez de volver al trabajo que tenías antes de estar en esa poltrona. O ¿ya olvidaste de dónde viniste?. Qué listo eres.

Te lo daré si usas nuestro ejército y demás fuerzas públicas en misiones de paz y para ayudar a los oprimidos en el país que sea, donde no se respetan los derechos humanos y son masacrados en nombre de una bandera o una religión mal entendida, sin que haga falta que tengan petróleo o una posición estratégica en la economía internacional.

Te regalo mi voto si eres candidato y sientes algo de vergüenza al leer esto aunque seas honesto y te das cuenta de que  somos muchos los que sólo queremos  trabajar y vivir en paz y estamos hasta las narices de que nos toméis el pelo una y otra vez. Ya te comiste  todos nuestros  comodines.


Te regalo mi voto por última vez. Avisado estás.                                                                                             

sábado, 29 de diciembre de 2012

Juventud Robada


¡Que mañana más tonta!. Hay días que parece que te hayan bajado los controles al 2 y de repente te sientes con ganas de hacer NADA. ¡Venga venga!, que tienes unos minutos preciosos para vivirlos de la mejor forma posible. ¡Aprovecha!.

Me desperezo, preparo un café y busco un cigarrillo. Busco, pero no encuentro. Dios!. No tengo tabaco. ¡Hop hop. Arriba!. Aprovecharemos esta estúpida motivación para bajar raudo a por un poco de nicotina que calme mi ansiedad.

Entro en ese bar que todos tenemos debajo de casa donde ya te conocen los clientes y empleados, con los que intercambias estúpidas frases sobre el tiempo, la crisis, el fútbol y demás chorradas.

Me pongo de puntillas medio subiéndome a la barra con mi billete de 5€ para que me cambien en monedas, con esa cara que se te pone cuando quieres que te hagan caso pero no te ven porque eres el hombre invisible. Así, haciéndote más alto, levantando la cabeza, las cejas y persiguiendo los movimientos de la camarera como si fueras un radar con el objetivo bloqueado.

Por el rabillo del ojo, noto como alguien se pone a mi derecha con similar actitud pero ganándome en altura, como si se me quisiera colar en la imaginaria fila de clientes pendientes de servir.

Podría elevarme yo un poco más subiéndome al tubo "apoya pies", pero no creo que eso sea correcto en alguien 40 años mayor que un niño de 10 años, que ese sí puede porque si no, no llega a la Coca Cola.

Le miro. Es un chaval de unos 18 o 19 años. Me recuerda a mi hijo.Tiene cuatro pelos sin afeitar en la cara. Le cuelga un auricular cuyo cable se pierde en un bolsillo probablemente enchufado al móvil donde suena su “pachum pachum” o  Mozart, quién sabe?.

Vaqueros “cagaos”, deportivas "Adidas" de esas que nunca han corrido ni correrán y sudadera negra de "Monster"  con capucha descapotada que deja ver una buena mata de  largo pelo sin peinar, negro, ondulado  y rebelde.

Pero lo que más me llama la atención, es su cara. No, no.... Mejor dicho… Su expresión. Es una especie de mezcla de  - ¡Hey, estoy aquí! y de – ¡Por favor, Necesito que me escuches!.

Tiene tanta fuerza su semblante que me hace abandonar mi posición de puntillas, cediéndole mi puesto para que le atiendan a él primero. Lo suyo es realmente urgente e importante, pienso.

Cuando al final se acerca la camarera, miro a otro lado para que acuda a él, y le dice.

 -¿Qué quieres?.

 -¿Aceptáis curriculums? , -dice él con voz quebrada con matices de timidez y una cierta vergüenza.

 - Bueno, Mmmm, sí déjamelo. – le contesta ella sustituyendo el  ”NO” automático que tiene preparado para estas ocasiones   por el “Mmmm…”. Supongo que por respeto, pero dejándole claro que se lo va a coger como podía cogerle la publicidad del centro de depilación por láser de la calle de al lado. Papelera seguro.

El acierta a sacar de una carpeta de estudiante, de esas con pegatinas de Alonso, del Madrid y la selección española, que dejan entrever su reciente o actual niñez,  una hoja escrita al máximo espacio, intentando  ocupar una carilla entera sin conseguirlo, porque tiene un escaso  camino recorrido y ni en estudios ni en experiencia laboral puede rellenar más de 3 cochinas líneas que estira todo lo que puede.

Me imagino a este crío yendo de bar en bar intentando trabajar. Me lo imagino digiriendo su repentina madurez a palos.

Me imagino a su padre diciéndole hace unos días que su empresa ha cerrado y que se va al paro. Explicándole que las cosas han cambiado y que si hace unos pocos años los Reyes Magos dejaron de existir, que este año ni siquiera lo serán los padres porque no hay pasta y ahora además, se ha caído también la nómina sagrada que pensábamos que era imbatible y fija hasta la jubilación.

Mi mente juguetea con el miedo que se siente cuando de verdad tu subsistencia no es segura. Cuando de repente te despiertas y ahí te encuentras con una pesadilla. Cuando no vas a poder renovar como hasta ahora la Play Station, o ni siquiera pagar el colegio, los libros.... Cuando puedes llegar a perder la casa que llevas pagando toda una miserable vida trabajando,  por no poder atender la hipoteca.

Me imagino el vértigo que se siente cuando tienes un futuro en el que no sólo han desaparecido las escaleras que subían al cielo, sino que además dudas que el propio cielo haya existido alguna vez.

Me imagino cómo se pasa en poco tiempo de pensar el  videojuego de moda a tener que salir a la calle a buscar un empleo.. el que sea…. Algún ingreso… Algo....

Mi angustia por no tener tabaco se esfuma en un "pis pas" y se transforma en esa estúpida solidaridad que somos capaces de sentir por gente que ni conocemos y por las que no vamos a mover un dedo para ayudar cuando les vemos a diario en la calle, o en la tele.... Somos así de inútiles e hipócritas.

Con un “¡Gracias, Hasta luego!”, se incrustó de nuevo el auricular en la oreja, me miró un segundo con cara de "¡Ya ves!" y salió supongo,  a intentar colocar otros currículums en otros bares.

Me cambian el billete. Saco el tabaco. Salgo y me enciendo un pitillo sin poder apartar de mi mente la expresión de ese mancebo que ha aterrizado sin ruedas en la pista de la vida.

Le admiro. Ha tenido la hombría de rellenar esa hoja con el orgullo de alguien que no se resigna a tener un indigno futuro. A ayudar a sus padres en la responsabilidad de mantener a la familia. Porque al final se ha dado cuenta de que nadie da nada por nada y en la lucha y en el camino recorrido ocupa uno la mayor parte de la vida. La buena y la mala.

Suerte querido niño. Porque en el fondo lo eres aún, aunque te hagan jugar en la liga de los mayores que hemos estropeado,  siendo incapaces de dejarte seguir disfrutando de tu inmadurez un poco más tiempo.

 Sigue luchando porque lo conseguirás. Tus padres estarán orgullosos de ti y los hijos que tengas, mamarán de esa coraza que estás desarrollando para sobrevivir sin perder la sonrisa.

Si te encuentro en el camino y puedo darte trabajo, lo haré encantado. Porque sé que aprenderás rápido lo que no sepas y te dejarás la piel en tu empeño por hacerlo bien.

Intentaré compensar en lo que pueda tu robada juventud.

¡Suerte Chaval!. Necesitamos gente con agallas como tú. 
Mucha suerte, querido niño!

jueves, 11 de agosto de 2011

Agua fría para el verano

No. No he muerto todavía. Ni siquiera he callado. Sólo que éstos meses no he tenido lo que hay que tener para escribir. Y no sé si la carencia ha estado en el tiempo o en cojones para seguir haciéndolo.

Reconozco que tuve ideas y ganas suficientes para no parar, pero conforme comenzaba a tejer con el punto bobo algo qué contar, aparecía una mosca que me despistaba en forma de otro tema tirando del hilo y deshaciendo en zig zag toda la historia anterior, hasta volver al ovillo de nuevo.

La Ley Anti-tabaco, la huelga de Aena, el terremoto de Japón, la bajada a 110 km/h, las elecciones autonómicas y municipales, pero sobre todo, el 15 M y la actual situación económica, me daban cobertura para poder dar mi visión particular al respecto, pero por lo que fuera no me dio la gana.

Igual fue algo que me dijo alguien al respecto de, “Tío, como te desnudas en tus artículos”, lo que me hizo verme en pelotas y tuve miedo y sobre todo frío.

Igual pensé que para qué escribir lo que piensas, si en el mejor de los casos hay alguien que te entiende y solo se atreve a suspirar, sin dar uno o ningún paso (como yo) con las reflexiones que estas palabras intentan estimular en las conciencias. Creo que hasta Van Gogh, se dio cuenta enseguida que cortarse la oreja fue una soberana gilipollez.

En cualquier caso, aquí estoy para contaros que no sabía de cuál de esos temas hablar. Porque es tal la sensación de CAOS generalizado que veo a mi alrededor, que no acierto a centrarme en ninguno de ellos.

Me irrita conocer a tanta gente ya en el paro. Ver como los mortales pierden sus viviendas y las de sus padres por avalar. Cómo van cayendo pequeños negocios levantados tras años de esfuerzo, sin poder hacer nada por evitarlo, mientras otros se van de rositas mirándonos desde lo alto del castillo feudal al otro lado del foso bien protegidos por murallas y leyes obsoletas.

Aún así, no he vuelto para hablaros de estas cosas porque supongo que os cabrean tanto como a mí, sino a traeros un poco de "agua fría para el verano". Y aunque creáis que es un regalito, no lo es. Y vais a pensar que soy cabronazo movedor de fango y acertaréis.

Quién no quiera pasar un mal rato, que no pinche el enlace y de paso que se de de baja de mi blog, del Facebook y de todo donde yo aparezca. Saldremos ganando ambos.

El motivo real fueron estas imágenes http://www.youtube.com/watch?v=B6P7VINaKdI .

Cómo podemos hablar de la crisis, de lo mal que va todo tomando unas cañitas con los amigos?. Cómo afrontar que dentro de lo malo, aquí nadie muere de hambre ni arrastra su cara bonita por el suelo y que con todo el dinero que hemos malgastado (público y privado), podríamos haber acabado con todo lo que ese vídeo demuestra y que es una parte ínfima de lo que está pasando en nuestro planeta hoy mismo?.

Acabo de leer un artículo anterior que escribí el pasado 27 de Diciembre: “La república independiente de mi Alma” y parece un espermatozoide despistado del movimiento “15 M”, que como su propio nombre indica nació en la fecha de idem, porque cielos! había más gente pensaba igual y tenía ganas de gritar un “a la mierda con todo!!”.

Qué nueva “Bastilla” hay que tomar para que la gente se una de verdad y ponga a cada uno en su sitio para acabar con esta situación?. Por supuesto no me refiero ni alentaría nunca a contenidos violentos porque, creo que es un error salirse de cualquier carril que no tenga que ver con el diálogo y la democracia bien entendida.

Tampoco creo que otras medidas de corte revolucionario como, no pagar nadie las hipotecas, los impuestos, las multas, el recibo de la luz, no sacar el coche o no comer hamburguesas un día pasen de eso, de una forma publicitaria de demostrar en definitiva lo poco unidos que estamos en casi nada, cuando vemos que esas propuestas las siguen solamente 4 románticos que encima son los que se llevan los porrazos por valientes.

Nos hemos creído que con votar de vez en cuando y pagar nuestros impuestos, ya era suficiente. Hemos pensado que con eso, podíamos relajarnos y que nuestros mandatarios ya tenían todo lo necesario para organizar eficientemente los recursos y hacer este mundo un poco mejor y esto, queridos amigos, desgraciadamente nunca ha sido así.

Cada vez hacen falta más ONG´s para reconducir temas que parecen importarle solo a unos pocos. Cada vez la sociedad civil está más separada de las instituciones que fueron creadas para eso, pero al final se despistaron en otros objetivos que poco tienen que ver con los que evitarían los problemas grandes de verdad.

Creo que nuestra sociedad no fluye de forma natural hacia la igualdad de derechos tan sencillos como al de la Vida. Sólo unos pocos trabajan dedicando toda su biografía a ello predicando en desiertos llenos de peña que silvan mirando hacia arriba haciéndose el “onguis”.

Si se prohibieran las comidas y fiestas oficiales con dinero público?. Si se limitaran las ganancias de determinadas empresas OLIGOPOLICAS y cuyos orígenes pagamos entre todos antes de ser privatizadas?. Aun siendo yo defensor de las teorías económicas más liberales, me avergüenza esta situación. Creo que con ese dinero podríamos hacer que muchos de esas mujeres y niños que huyen del hambre se salvaran. O al menos gran parte de ellos.

Cuantos vídeos hemos de ver para reaccionar?. Imaginaos esa misma escena cambiando a ese niño por alguien conocido. Tu hijo… tu sobrino. Sólo, arrastrándose por la tierra sin saber dónde ir. Sin recordar ni siquiera su nombre porque quizás no tuvo a nadie al lado para nombrarlo.

Demasiado tarde para apagar las farolas y reducir los coches oficiales. Lo siento. Ya no llegamos. Ese angelito, seguro que ya volvió al cielo preguntándose porqué cojones lo trajeron a esa mierda de vida.

Y qué podemos hacer?. Pues mirad. Yo de momento he pinchado aquí debajo. El que quiera, que haga lo propio y el que no, que se vaya a ver lo que dice la Belén Esteban.

Pues nada. Si teníais calor, espero que os hayais quedado tan fríos como yo.

Salud y comida!

http://www.unicef.es/cooperacion-internacional/donar-ong/hacer-donacion/emergencia-nutricional-en-el-cuerno-de-africa

viernes, 17 de diciembre de 2010

(LOPD) Y parió la abuela..

Y es que no se me ocurre otra expresión para definir lo que se siente cuando estás todo el día deambulando entre empresas heridas en el campo de esta batalla que nos está marcando el actual mercado.

Analizando uno de los productos (Dataley), que en nuestra nueva compañía “PodNet Market Solutions” acabamos de incorporar para su comercialización, he tenido que bucear en un área que sospechaba importante, pero que como la mayoría de los empresarios “pymelianos”, estaba dejando para más delante de forma perenne, esperando quizás a aprender a base de dolor, ampollas y sangre, que es como casi siempre y mejor se aprenden la mayoría de las cosas al final. Es que nos encanta la vara.

Resulta que la Ley de Protección de datos, data de hace “sólo” 10 años. Resulta también que es de obligatorio cumplimiento (como el resto de las leyes) para todo aquél que tenga un solo fichero con un solo dato personal. Es decir, están sujetas a la misma, todas las empresas, las fundaciones, los autónomos, los profesionales liberales, las comunidades de bienes, las de vecinos, las asociaciones de cualquier tipo… yo que sé… de músicos, de magos de cartas, de peinadores de bombillas , de fans de la Belén Esteban, etc... Es decir, “To quisqui” ha de adaptarse a su cumplimiento sí o sí.

Si además, caemos en que dicha ley deviene de un derecho fundamental que por supuesto hay que proteger como es, el del cuidado en el manejo de los datos particulares de la persona, que son los que en definitiva pueden circular en la red y los que provocan que una mierda de empresa te llame mediante una simpática paragüaya a las 4 de la tarde (para que?...... paragüaya) en la siesta del sábado, preguntándote si quieres cambiar de compañía de móvil, pues la verdad es que jode. Y jode más si resulta que pretenden que te hagas cliente de quién ya lo eres desde hace dos meses, porque es tanta la estupidez que dimana esa forma de perder dinero y futuros clientes, que te impide recuperar el hilo de ese sueño de sofá tan chulo que se tiene habitualmente con la tranquilidad del fin de semana.

Y como ocurre en España normalmente, donde conviven las peores y las mejores estadísticas del mundo mundial, o no llegamos, o nos pasamos cuatro pueblos, y en este tema somos como en el futbol y las motos, los campeones del Mundo.

Que alguien me corrija si me equivoco al decir que la Agencia de Protección de Datos es un ente público que se autofinancia con sus propios ingresos. Es decir, cuantas más sanciones, más “ventas”. Cuantas más “ventas”, más recursos para contratar nuevos inspectores, con lo cual, más “ventas” a su vez y así seguirán hasta que TODOS los indicados anteriormente acabemos cumpliéndola, que lo haremos tarde o temprano. Unos por convencimiento y otros a base de latigazos.

Menos mal que nuestro actual Estado, modelo a copiar de competitividad, es eficiente y austero como nos pide a diario que lo sean nuestras empresas y gracias a ello y a la actual coyuntura económica, nuestro record en porcentaje de endeudamiento público sobre el PIB, le produce sobrantes de dinero para "sus cosas" y esto ayuda a que la Agencia, no tenga un carácter recaudatorio “extra” y por ello, los cumplimientos de estas y otras leyes parecidas no se traducen en mayor persecución a las super-rentables pymes y autónomos, que como se ha ido diciendo en la prensa estos días, suponen más del 90% de la generación de empleo en nuestra patria. Tururú! (tendré que cambiar la marca de este pacharán maldito, que me inspira para tocar blues, pero me deja terribles resquicios alucinógenos).

Resulta que, haciendo un sondeo por pymes de confianza, casi nadie sabe de lo que le estoy hablando de si tiene o no la adaptación a la LOPD (Ley Orgánica de la Protección de Datos). Y el que lo tiene, como mucho, en la mayoría de los casos, pagó un “güevo” a una consultora que lo único que hizo fue procesarles los ficheros registrándolos por internet en la Agencia, que es sólo un 10% de los requisitos que hay que cumplir para evitar el riesgo de sanción, porque no tiene ni el Manual de Seguridad, ni aplica en su actividad diaria los procesos necesarios para evitar la debacle en caso de inspección. Pero estemos tranquilos porque la sanción media del ejercicio 2.009 son sólo unos 60.000€. ¡Bah!. ¡Calderilla!. No nos preocupemos por este tema.

Además, las empresas grandes (telefónicas, jazzteles, onos y demás) ya están haciendo las cosas medianamente bien y ya no les caen regalitos como estos años atrás de 300 a 600.000 €, por lo que ahora, para mantener el nivel de “ventas” de la Agencia, están empezando a darle caña a las pymes, con lo que el riesgo de tener una visitilla de estas se multiplica por 10 cada año. “Al loro”, colegas.”Muy al loro”.

Y es divertido cómo decía, cómo muchos “microempresarios”, que todavía resisten como jabatos al más puro estilo de “El Alamo”, tirándole al enemigo piedras, ladrillos y los zapatos si hace falta, defendiéndose con uñas y dientes de todos los enemigos, bancos, morosos, impuestos, proveedores, empleados cabreados (véase el caso extremo de Olot), les suena de alguna charla o porque el gestor algo les había avisado y cuando reciben una inspección porque un simple trabajador o la competencia mismamente, le ha denunciado a la Agencia y el funcionario les pide los currículums vitae, él los muestra inocentemente sin la aceptación expresa del candidato y sin ninguna sensación de estar haciendo nada mal. Y esto, queridos lectores, es parecido a que si en un control de policía, te preguntan si tienes drogas en el maletero y tu contestas “Bueno, sí, pero náaa. Sólo 20 kilos de cocaína y no son para mí, que son para vender a los amigos”. ¡ÑACA!.

Y cuando le caen 6 o 10 o incluso 30.000€ de multa por esa chorrada, le parece increíble, porque a la vez que desconocía la gravedad de su incumplimiento, estaba apurando el ahorro de costes apagando las luces, bajando la calefacción, quitando el café o anulando móviles que no se empleaban y se le queda la cara de gilipollas.

Y en ese momento como en muchos otros, intenta recordar de nuevo, en qué puto instante de su vida, se le ocurrió hacerse empresario, contratar a gente y meterse en esa loca aventura que en definitiva le supuso ser emprendedor de mierda en vez de hacerse controlador aéreo. Se da cuenta de que son demasiadas sus cicatrices y ahora sólo añora tener lo justo para vivir, un minuto de paz y una noche de sueño tranquilo.

Así que, queridos lectores y sobre todo Srs. empresarios, ya sé que no es una buena noticia. Pero, quien quiera ser exquisito en la gestión y resista el actual temporal, deberá empezar por lo fácil, que es cumplir la ley. Eliminar de cuajo el riesgo de que una simple denuncia de un empleado cabreado, de la competencia, o de un proveedor al que le haya tenido que retrasar un pago o reducir la cifra de pedidos, le meta en un lío de esos de tener que cerrar la empresa por no poder acometer la pasta que supone la sanción. Y además, que sepáis que la Agencia de Protección de Datos, sí que, como La Agencia Tributaria, son súper-eficientes y no se andan con chiquitas.

Por cierto, si alguien no sabe a quién acudir para solucionar este asunto y aunque no me dedico a las ventas directas, que cuente con mi sugerencia al respecto, que es bastante asequible y cubre el 100% del riesgo comentado en este artículo (joseluis@podnet.es) y le atenderé gustosamente aclarando que estas líneas no tenían otra intención que compartir con vosotros la precaución que requiere este tema y ayudar desvanecer esa sensación vomitiva que se tiene cuando estás todo el día luchando y viene alguien a ayudarte a morir con una inspección de algo que ni siquiera conoces, y que entonces cuando piensas:

“¡Jopete!. Eramos pocos y parió la abuela…”

¡¡FELIZ NAVIDAD!! :)

lunes, 27 de septiembre de 2010

La República Independiente de mi Alma

Tenía un artículo medio hilado sobre cómo destrozar una empresa aplicando 10 técnicas, pero las actuales circunstancias me han producido unos sentimientos que piden paso urgente a éste adelantándolo, pintando palabras en el papel (la pantalla en este caso), para no explotar en mi interior.

La muerte de José Antonio Labordeta con quién no compartía todas las ideas, pero que admiré de él su valentía y honestidad y un vídeo sobre Venezuela, en el que se pone de manifiesto la importancia de la persona individual otorgándole la responsabilidad directa o indirecta de todo lo que se forja a su alrededor, me incita a contaros algo que está dentro de mí hace tiempo y que me atrevo a desnudar ante vosotros. Espero no arrepentirme de ello…

Tuve que probar políticamente varias veces la derecha y luego la izquierda (ya no recuerdo en qué orden), dándome cuenta de que al final, ninguna de las dos opciones contemplaba las ideas mínimas que por lo que fuera, necesitaba para sentirme cómodo entre sus siglas, aunque fuese simplemente en el ratico de votar. Y llegué a la conclusión de que siempre me arrepentía meses después de elegir la papeleta que al final acababa depositando en el buzón. Entonces, probé a adoptar otras soluciones de “centro” y también la cagué.

Me moría de la risa cuando en mi época de Director General de la Cámara de Comercio de Huesca, donde a mi humilde entender, es recomendable andar libre de ideologías políticas que puedan “ayudarte” a tomar otras decisiones que las que la propia Ley de Cámaras deja perfectamente marcadas en su texto, todos mis contactos políticos pensaban que yo militaba en “los otros”, con todas combinaciones disponibles. Los del PP que era del PSOE, los del PSOE que del PAR, etc… Yo sólo sonreía pícaramente cuando me hacían un “grado 3” interrogándome.

Al final, descubrí que tenía amigos honestos, trabajadores y maravillosamente locos en los tres partidos mencionados, además de en la CHA, y con todos ellos a veces incluso mezclados a la vez, cenábamos, bebíamos y teníamos unas tertulias de esas que si sacas a pasear humildemente el don de escuchar, te ibas al catre con la sensación de haber aprendido más cosas importantes con ellos, que todo lo que absorbí en la carrera de Ciencias Empresariales de las de antes de 5 años, como poco.

Al final también, me he dado cuenta de que con el tiempo y la experiencia vas andando el camino de la vida, en la que te llevas muchas alegrías, pero alguna navajada trapera también y revisando las cicatrices, me he ido replegando en mi propio territorio de creencias más contrastadas, tomando y dejando en el camino, unas ideas de unos y otras de otros, configurando mi propio pensamiento y decidiendo quedarme a vivir para siempre en “LA REPUBLICA INDEPEDIENTE DE MI ALMA”.

Potaje de pensamientos que no tiene un soporte fijo con logotipo o líder concreto, basado en un derecho natural, que depende fundamentalmente de sentimientos de libertad, honestidad, de solidaridad, de protección al planeta en el que vivimos y siempre desde un prisma de escucha y respeto a todas las ideas capaces de ser pensadas por la “buena gente” que sólo quiere poner su granito de arena para mejorar este Mundo en el que nos ha tocado vivir.

Es por eso, que me encanta la intervención del estado en temas sociales, de seguridad, de la justicia y me gustan a la vez las oportunidades que te favorece la existencia de un libre mercado internacional, donde se respeten escrupulosamente los derechos humanos y donde los mejores, más inteligentes y más trabajadores puedan triunfar por encima de los vagos, listillos y ladrones con o sin corbata, que no hacen más que estorbar a los demás y todo desde un prisma de solidaridad con TODOS los necesitados, con unos ejércitos unidos protegiendo siempre a los débiles, sean de la religión o el color que sean, independientemente del posicionamiento estratégico de sus territorios y de sus riquezas naturales.

Amo la democracia bien entendida y la amaría mucho más si el nivel de conocimiento social (llamado habitualmente “cultural”) fuese más elevado que el actual (revisad las parrillas de la actual TV y el horario del programa de Eduard Punset por ejemplo) y el pueblo pudiera defenderse con una mejor educación, de todas las estrategias de manipulación masiva pre y post electoral que se usan ya con operatoria casi de manual.

No soporto ver cómo en determinadas geografías, estás obligado a morir por una peritonitis por estar a más de dos horas de ambulancia o de un centro médico con recursos suficientes para operar de urgencia o tengamos que desplazar a miles de niños casi bebés, para que reciban su primera educación, cuando los padres pagan en sus negocios o nóminas (si tienen la suerte de tenerlas), los mismos porcentajes de IVA, IRPF o Sociedades que yo, por ejemplo, que vivo en el centro de Zaragoza y que tengo en un radio de 10 minutos andando, 5 hospitales y una docena de colegios. Para un habitante de Revilla en el Pirineo de Huesca pegado a Francia, el que está lejos no es él, sino el Hospital..

No puedo callarme ante los genocidios de finales del siglo XX y XXI, mientras yo estaba aquí tan pancho, pensando que aquellas barbaries terminaron con el “joputa” de Hitler y que en el formato actual que queramos, de guerra tribal o de simple dejadez, son nuestra responsabilidad y que individualmente preferimos auto-excusar adoptando una actitud pasiva, diciendo que una sola particular actuación no va a solucionar el problema.

Una gran señora, Consuelo Crespo, presidenta de UNICEF España, con quien tuve la oportunidad de hablar personalmente en un par o tres de ocasiones, me lo dejó clarito. “Ya sabemos que tú sólo no puedes arreglar el hambre del Mundo, pero sí que puedes salvar la vida a ese niño de ahí si le das de comer y alguna medicina (señalándolo con el dedo)”.

Me cabrea enormemente que se esté perdiendo el tiempo, el dinero y los ya escasos recursos en todos los preparativos de la próxima huelga general de imagen, donde nadie va a cambiar nada y ya se sabe por todos y que van seguir algunos queriendo y otros por obligación, al no poder ni siquiera ejercer su libre derecho al trabajo y desplazarse a sus puestos y lo peor de todo es que serán incorrectamente contabilizados y tampoco pasará nada. Aquí, o llevas una pancarta grande y cortas el tráfico jodiendo a “todo kiski”, o a callar como si estuvieras de acuerdo con todo.

Ese día, pienso madrugar más y trabajar el doble que cualquier otro normal, para compensar en la parte de responsabilidad que a mí me toca, el destrozo que en nuestra maltrecha economía, va a producir seguro. Lo que nos faltaba!. Bomberos apagando el fuego con lanzallamas repletos de Napalm para despistarnos de lo realmente importante. Ya me estoy pre-cachondeando de las cifras que darán unos y otros orgullosos del éxito obtenido, con diferencias del 50% en los datos de participación. ¡Qué vergüenza!. No cuela, Srs.. No cuela.

Con las chorradas, minutos de Televisión, dietas de los que se reúnen para pactar los servicios mínimos y pérdidas de nuestras empresas y negocios que tendrán dificultades para desarrollar su honrosa actividad, se podrían pagar con sobras las nóminas pendientes de los pobres mineros que ven como sus vidas y sus territorios están condenados a la extinción. Que se encierren junto a ellos en la mina a ver cuánto aguantan.

Y porque creo que todo esto que estoy diciendo, lo vais a entender muchos de vosotros y que incluso podría haberlo escrito cualquier otro antes en mi lugar, lo digo alto y claro. Y lo digo tan públicamente como me sale de ahí, para ver si consigo estimular un gramo la conciencia de quienes estáis entendiendo claramente lo que intento transmitir con toda humildad en el más puro estilo LABORDETA. ”¡Hala a la mierda!”

¿Que porqué no hacemos un partido político con todo éste resumen y más ideas similares , que aparentemente triunfaría?. Pues porque el propio sistema que nosotros mismos alimentamos, lo fagocitaría (ver caso de Rosa Díez). Porque para empezar, todo lo que he dicho, sería suscrito frunciendo el ceño y asintiendo como la perra de mi padre (que te mira “así como si te entendiera”), por todos los partidos políticos en un amplio porcentaje del contenido y dirían que casi todo ello, ya está contemplado en sus programas actuales. Es como en el caso de Labordeta. Ahora, de repente, todos lloran su muerte y quieren salir en la foto final, hasta los que le ponían a parir hasta hace 4 días aun sabiendo que se estaba muriendo.

Porque como dice el valiente vídeo Venezolano, “Deja de Criticar... Haz” (disponible en youtube), la responsabilidad de todo lo que nos pasa (refiriéndose a ese bendito país), es solamente nuestra y de nadie más y hemos de empezar a pensar en cambiar lo que no nos gusta de este Mundo, sea lo que sea, partiendo desde la individualidad de la persona… empezando por uno mismo tras mirarte a los ojos en el espejo.

Porque sólo así, unidos, podemos borrar todas las fronteras del Mundo y romper todos los muros que nos quieran detener en nuestro camino hacia la libertad y la paz.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Pedro. "El retorno"

(viene de El "pobre" Pedro 2)

No ha sido ni la productora, que no existe, ni la buena crítica, ni la gran acogida de vosotros, mis queridos lectores... Ni siquiera el honorable hecho de que un amigo del pueblo, gran batería de Rock&Roll en una buena banda de mejores amigos (Barrio Bajo), quieran contar en una balada al más puro "estilo Sabina", la historia del “pobre” Pedro, el que me haya hecho plantear volver a hablar del protagonista de los dos anteriores artículos. No ha sido nada eso, palabrita del niño Jesús.

La verdadera razón, es que tal y como prometí en mi primer post, iba a ser honesto con vosotros y esta historia, la terminé dándole un final que resultó no ser cierto y es de sabios rectificar, dar la cara y volver aquí a contaros la verdad ahora que ya la conozco.

Pues resulta queridos amigos, que ¡volví a ver a Pedro!. Pasados unos días de mi último encuentro con él, fui de nuevo a ese cajero de siempre (y al que seguiré yendo mientras me dé dinero) y ahí estaba él… en su rincón. La única diferencia así en un primer vistazo rápido, era que había sustituido su “mano de cazo” por un vaso de plástico de esos blancos de camping y que te encuentras abandonados en todo el maravilloso Pirineo Aragonés, por algunos de esos hijoputas domingueros.

Cuando lo vi, nos mostramos los dos sorprendidos. Bueno, más yo, porque quizá me había creído de verdad aquella versión de que era un "ángel divino" que alguien había puesto en mi camino para corregir mi senda hacia la felicidad y desde luego, descubrí que ¡ni de coña!. Ni ángel ni nada. Pedro es una “persona humana” como los demás, lo cual rebajó mi cósmico pensamiento del fin del capítulo anterior a la altura del barro, que es dónde suelo tener los pies metidos habitualmente.

- "¡Hombreeee Pedrooooo!.¿ Pero qué tal estás?”, le pregunté mientras me apretujaba la mano.

- “Bien majo bien!” me contestó volviéndome a regalar esa sonrisa mágica que ya casi había olvidado.

De repente, cambió su expresión como recordando algo malo y me dijo:

- “Bueno, no. En realidad i estado muuu malico..”, me cabeceó al estilo de la marioneta "Doña Rogelia”.

- “Pero, y ¿qué te ha pasado pues?” le pregunté.

- “Pues… que me enfrié mucho y he estado 20 días en la Casa Grande (Hospital Miguel Servet), que casi me muero. Tuve una…una…, cómo se llama…, una… ¡ah sí.. ..una NUMONIA”.

Entonces, recordé mi pensamiento ya relatado, que en el cajero había aire acondicionado y en el albergue al que le quería llevar yo, igual no y que quizás los escasos 5 m3 de ese habitáculo en combinación con el sistema de refrigeración sobredimensionado para ese zulo, le habían producido esa neumonía.

Como si estuviese en su casa, me palmoteó el suelo invitándome a sentarme a su lado y estuvimos charrando como en las anteriores ocasiones. Que si él había sido pastor..., que si su padre era muy inteligente y sabía hacer de todo...., que si su hija le había ido a buscar para llevárselo, pero que él no quiso. Al respecto de éste último tema de su descendienta, no sé si se trataba de la misma vez que me había contado ya anteriormente o de otra nueva ocasión. En cualquier caso, no le pregunté más sobre ello porque estimé que a ambos nos importaba un carajo. Pedro se dejará morir sólo o acompañado por otros, antes de irse con ella, seguro.

Y así, china chana, pasábamos el ratico hablando y hablando que si el calor..., que si las tías en verano estaban todas buenas..., que si la comida en el hospital...,tema éste que me hizo recordar ese dicho que se cuenta y que explica que “Cuando un pobre come merluza, al menos uno de los dos está malo…” ; y de repente, Pedro se volvió hacia su “armario" marca Eroski a buscar algo que nunca supe lo que era y necesitando de las dos manos para hurgar en la bolsa de plástico, dejó posado en el suelo al lado de sus pies, esta vez calzados, su vaso de pedir.

Un nervio recorrió como un rayo mi alma y me quedé mirando fijamente esa vajilla del “todo a 100” y me fue absolutamente imposible evitar el impulso de cogerlo y estirar el brazo para ofrecerlo “a nadie” que pasaba por la calle en ese momento.

Pedro que me vio, se me puso serio y me dijo:

-“Pero que haces?. ¡Trai, anda, trai!”

-“No, dejame que te voy a echar una mano, mientras tu descansas un poco”, le contesté..

-“¡Hala, hala!, deja eso ya…que ésto no es para ti” me reprochó con cara más seria.

En estas, que pasaban unas “pijis” apenas veinteañeras, de esas sin vergüenza ajena, que tienen aspecto de darle mogollón a la hamburguesa y nada a la verdura y que van de seis en seis, hablándose todas a la vez, revoloteando a la única mona del grupo que no les hace ni puto caso mientras ella se atusa el pelo cada dos décimas de segundo.. Tal y como se acercaban, me armé de valor y les agité el vaso mirándolas a la vez que levantaba mis cejas y asintiendo así como invitándoles a colaborar y me quedé alucinado con su reacción. Se separaron de nosotros todo lo que pudieron, hasta el punto de pasar por el otro lado de la valla de protección de peatones y saliendo a la calzada, que desde luego, si pasa un autobús en ese momento, se las lleva pegadas en el parabrisas como si de unos mosquitos en un casco de motero se tratase.

Retiré con frustración mi brazo tendido y le devolví el vaso a Pedro que me lo arrancó de mi mano riéndose amablemente de mi fracaso. No sé. Era una tarde desenfadada de agosto aún, y yo iba con vaqueros y chancletas playeras y quizá el logo “PdH” de mi camisa no pegaba demasiado con ese trabajo temporal de “pobre” y desde luego, creí que me espantaba a los clientes.

Medio disculpándome de mi lanzamiento al ruedo como si fuera un “espontáneo” le comenté a Pedro:

-“ Toma el vaso Pedro, que creo que no estoy yo como para que me den monedas así con esta pinta..” Y coge el cabrón (lo digo en plan cariñoso, por supuesto) y me suelta:

- “¡Que no tonto, que vas muy majo y muy bien! ..

¿Será posible que me estaba diciendo que yo no iba tan mal arreglado como para que no me dieran limosna?. Me fijé entonces en cómo vestía mi compañero y me di cuenta que realmente él, estaba mucho más presentable que yo, con su pantalón de tergal gris marengo, una camisa dos tallas más grande de cuadros multicolor abrochada hasta el cuello y su sombrero blanco que seguro algún vendedor ambulante de color (color negro, me refiero), le había regalado para protegerse del sol.

-“Además…” continuó…. “Tranquilo. No eres tú el problema… Que es que a mí tampoco me echan monedas..!"

Nos miramos durante dos segundos y de repente y sin saber porqué exactamente, nos merendamos juntos una carcajada de esas de 2 minutos que te duele el estómago y lloras de gusto, etiquetando en tu vida ése, como uno de esos momentos que te guardarías en un “tupper” para abrirlo cuando un día de esos "tontos", buscaras un poco de humor en el baúl de tus recuerdos agradables, para no morir de asco. Me despedí de él sin dejar de reír durante un buen rato (ahora mismo me estoy partiendo, os lo prometo).

Al día siguiente, volví con mis dos socios para presentárselos y conversamos unos minutos con él. Esa noche, medité sobre los comentarios y mails de quienes habéis abierto un poco más vuestro corazón con esta sencilla historia y además habéis tenido el valor de decirlo y recuerdo con cariño los de una amiga que me decía, que ella “nunca había hablado con un pobre” y el de otro que me estremeció también, que siendo él un importante y bien pagado directivo empresarial y que yendo con traje, corbata y maletín, un indigente, mirándole a los ojos le dijo: “Yo, antes….. era como Usted…”

Con la certeza ya de que Pedro no es un ángel, al menos de los que no pillan neumonías, pero con la tranquilidad de que está bien y feliz como casi siempre, voy a verlo cuando puedo, le doy unas monedas o lo que se tercie y desde luego, cada vez que creo que tengo un problema de esos "chorras" del día a día, abro el "tupper" y me acuerdo de esas risas tan ricas que me eché con él una tonta tarde de Agosto…. ¡Qué grande eres Pedro!

viernes, 20 de agosto de 2010

El "pobre" Pedro (y 2)

(viene del articulo anterior El "pobre" Pedro 1)

Volví a los dos días al mismo cajero. Pude ir a otro, pero forcé mi visita a ese porque quería sentirle de nuevo. En realidad, no sé porqué lo hice… Quizás necesitaba una dosis de esa mirada de felicidad que me había regalado ya anteriormente y que me gustaba.

Allí estaba de nuevo en su sitio. Me reconoció de lejos y me volvió a sonreír saludándome efusivamente..

No lo pude evitar.. Me acerqué a él y como de si un familiar lejano de esos que te encuentras en las bodas y los funerales se tratase, empezamos a charlar. Le interrogué que cómo se llamaba, que qué tal estaba, a lo que me respondió que “bien”, como extrañándose de mi pregunta. ¿Porqué había de estar mal? , creo que pensó..

Me contó que lleva “por ahí” 15 años desde que se peleó con su mujer, porque era “una mujer mala” y la pilló en la cama con otro. Evidentemente guerreó con su media naranja (o limón en este caso) por lo que fuera y es evidente también que perdió él la batalla, porque se quedó sin su casa y sin su dinero, según me remató cabeceando mirando al suelo, con un pensamiento del tipo de “cagüen la mar”.

Le dije que si necesitaba algo, que si quería que le buscase un sitio donde dormir, que tenía (y lo tengo) un hermano que no se si tiene buena relación con gente del Cielo, pero seguro que sí con la de la Iglesia, porque trabaja en ella y que podía ayudarle a dormir bajo cubierto en alguno de los albergues de beneficencia que hay habilitados para estos menesteres.

Se me fue durante un segundo el santo al cielo con un pensamiento sobre si los refugios tienen aire acondicionado como el cajero. Pensamiento, que desestimé “ipso facto”, por heavy.

Pedro, apresuró a decirme que “¡No!”. Que no quería nada de eso, agitando su índice libre (el otro estaba aún apretado en su mano con forma de cazo). Que él allí, “estaba bien”.

Hice otro intento de ayuda por el lado de la comida y le pregunté si tenía hambre. Qué si quería, nos íbamos al bar de enfrente y nos arreábamos un bocadillo, que yo le acompañaba.. y me dijo que ya había comido. Que había un carnicero muy amable, que todos los días antes de cerrar a las dos, cuando se pasaba por el puesto, le daba un panecillo tierno, lleno de “unos días de chorizo, otros de jamón”, o de lo que fuera y que estaba muy rico. -“Bah!. Si yo como de todo!”, murmuró.

Me interesé por su edad y me reconoció que no la sabía, pero que sí recordaba que había nacido “en la guerra”. Cuando le dije que si el año podría ser el 1936, me dijo abriendo los ojos como platos:

-“Sí, eso, ¡ en el 36 !, ¡ tengo 64 años para hacer 65 !”.

Durante un segundo, me hizo dudar de si la resta era correcta y comprobé evidentemente que no. En realidad, Pedro tiene 74 para hacer 75. En un momento de estupidez propia de una mente de ciencias puras como la mía, estuve a punto de corregirle, pero decidí no hacerlo. Creo que algo le ayudará en la salud y en el ánimo, creer realmente que tiene diez años menos de los que su ya arrugado cuerpo tiene.

Le pregunté también si tenía familia y me asintió con un gesto de poco convencimiento, que tenía dos hijas casadas. Que la semana pasada una de ellas incluso se le había presentado allí para llevárselo a su casa, pero que la mandó ”a cascala”, porque no le apoyaron cuando podían haberlo hecho y que ahora ya “se les había pasado la vez”.

Sobre la marcha, pensé que debía contar su historia, no solo para entretener a los que me vais leyendo, sino para.., no se… , lograr que la gente le conociera, que le ayudase. Se me ocurrió que podía abrirle una cuenta a su nombre en esa misma sucursal con lo que los internautas del facebook o el twitter pudiéramos ir aportando unos eurillos “tacita a tacita”, e ir solucionándole lo básico al amigo Pedro.

Le pedí permiso para hacerlo y me dijo muy serio -”Se dice el pecado pero no el pecador”. Que sí, que lo hiciera, pero sin dar señas ni de su nombre ni de su ubicación GPS.

Cuando le inquerí extrañado que porqué no quería identificarse, me soltó:

–“Porque si no, los malos, vendrán y me pegarán”.

– “¿Los malos?. ¿Quiénes son los malos?”, le pregunté preocupado.

– “los cabezas rapadas. Ya me han cascado dos veces”, me dijo agachando la cabeza con sus ojos brillantes probablemente recordando la última paliza.

-“Pero… y no llamas a la policía?” , le dije, por decir algo.

–“Sí. Lo hice la primera vez, pero no sirvió de nada. A lo que llegan, ya puedes estar enterrado en el cementerio”, me contestó.

Agotado mentalmente por tanta información importante y rara para mí, decidí dejarlo estar y posé discretamente un billete en su mano, que se cerró de forma refleja como un cepo de osos al sentir el tacto nunca olvidado del papel-dinero en su piel y me despedí de él sin más..

El, con el dedo que había usado para negar mi ayuda hacía un rato, mientras yo me alejaba con la cabeza vuelta hacia atrás, me señaló con una sonrisa, diciéndome con mirada de duende:

-“Tú sí que eres un hombre bueno…”

Marché a casa manteniendo viva esa charla en mi mente durante un buen rato y dándole vueltas y más vueltas a su última frase..

Con una sensación de menos ridículo que la vez anterior al menos, volví al día siguiente al cajero a visitarle, pero Pedro ya no estaba. Y desde luego de vacaciones, no se había ido… El no las necesita como nosotros, los mortales.

Buscándole sin éxito con la mirada por los alrededores, sentí una triste soledad. Ese sentimiento que se tiene cuando llegas a pensar que algo bonito que te ha ocurrido quizás sólo haya sido un sueño y que Pedro quizás sea un Angel que quien sea nos pone a veces en el camino, para restaurar los valores humanos importantes.. Para calibrar correctamente nuestro “medidor de felicidad” desfasado y mentiroso y hacernos dudar al menos de si realmente somos buenos, o no…

Ya no lo he vuelto a ver… Salud y mucha suerte “pobre” Pedro, estés donde estés.. Gracias por ayudarme a corregir mi camino hacia la Felicidad…